sábado, 24 de agosto de 2013

¿Qué pretendo no saber?

- ¡YA NO SOPORTO MÁS ESTA TERRIBLE ATRACCIÓN!, VOY HACÍA TI,… SOY TODA TUYA.







Polos opuestos

Parece ser que nuestra propia existencia está basada (entre otras cosas) en la ley de los opuestos: el yo y el tú, el Yin y el Yang, la luz y la oscuridad, lo masculino y lo femenino, el consciente y el inconsciente, el interior y el exterior, lo superior y lo inferior, etc. La lista es interminable…

Lo más interesante de los opuestos es que:

Las cosas que están opuestas son sumamente parecidas; su única diferencia radica en el grado.


En las filosofías orientales, la luz puede ser interpretada como ausencia de oscuridad, y la oscuridad como una falta de luz. Considerar así las polaridades es más respetuoso y positivo que nuestra forma de comprenderlas en occidente.  Aquí tenemos el ejemplo de los partidos políticos: parece que cuanto más a la derecha se decanta un partido de derechas, más a la izquierda se decantará el de izquierdas. La oposición suele ser considerada como el peor de los enemigos, como algo que debe ser reprimido a toda costa.

Una afirmación que resulta sorprendente:

Cuanto más extremo es el conflicto de oposición ¡más parecido resultará el comportamiento de ambas partes!


Ello no tiene por qué parecernos sorprendente si tenemos en cuenta que un viaje lo bastante lejos en dirección al este nos conducirá hasta el oeste de nuestro punto de partida, es decir al mismo sitio del que habíamos partido.








"...Y yo acá re puesto,  explicando que es esto,  de que los opuestos, que están dentro nuestro, si bien son opuestos, también son complementarios."

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