Sin considerarme una experta en el tema (vamos, ni siquiera he tenido que vivir esta experiencia), me gustaría plantearte hoy lo que pasa
con las
relaciones a distancia.
Estas relaciones a distancia, ¿son una buena idea?, ¿vale
la pena vivirlas?, ¿cómo se debe actuar para evitar ser parte de la frase “amor de lejos felices los cuatro”?.
Creo que todo depende de las
ganas que tengan. Sí, así de fácil. Claro que estas ganas se construyen a
partir de los tres pilares de una relación que son: el vínculo cognitivo, el emocional y el físico.
Aunque tu relación a distancia vaya a carecer del vínculo físico, el emocional
y el cognitivo podrán ayudarte a sentar las bases que harán que, eventualmente
cuando él/ella regrese, ya haya mucha solidez que resultará en una experiencia
física mucho más enriquecedora.
Creo que la
parte más importante de este tipo de relación es reconocer cómo te sientes y
verla como una oportunidad de saber que la relación llegara a un nivel más alto
y mucho más sólido. Quizás las grandes relaciones de tu vida necesitan un poco
de riesgo y un poco de miedo. Sé que es difícil y habrá momentos de
desesperación donde querrás tirar todo por la borda y tal vez hasta se te haga
fácil meter a una tercera persona a la ecuación, pero decidir no hacerlo es desarrollar esa madurez que necesitas para ser parte de lo que tienes.
Todas las cosas que hacen
y las decisiones que toman son energía y la energía que inviertes en tu
relación (ya sea a distancia o no) es la misma energía que se te regresará a ti
de la misma forma.
Por eso te sugiero que si eres
parte del conjunto de personas que se encuentran en relaciones a distancia, que
sea solamente si de verdad tienes ganas de vivir la experiencia y si estás dispuesta/o a invertirle a
esta relación todo lo que necesita para formarse y fortalecerse para que sea
justo eso lo que recibas a cambio.
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