Siempre había sido uno de mis sueños. Pararme frente a una cartelera anunciando las próximas salidas en cualquier estación y elegir un destino al azar, era algo que me emocionaba y retaba tanto al mismo tiempo. Necesitaba vivir la experiencia de reencontrarme; vencer el miedo de viajar sola demostrando que como mujer puedes hacerlo (obviamente con cuidado, precaución e intuición) terminando por divertirte tanto como si lo hicieras acompañada.
Y así lo hice. Elegí mi nuevo destino y a pesar de que posiblemente no encontraría fácilmente un lugar para dormir a donde fuera, eso me hacía continuar con los planes aún con más emoción. Así, todo se fue dando.
Llegué a al aeropuerto de Perú desde Ezeiza (Buenos Aires) e inmediatamente supe dónde arrancaría al día siguiente: QUITO. La idea de conocer Ecuador quedaba perfecto para ese momento, así que después de 8 horas de viaje (10 horas exactamente) llegué a uno de los destinos más hermosos que he conocido.
![]() |
Primer gran reto: Llegar a algún lugar para establecerme. Gracias a un taxista que me alquilo su celular (Mi primer dolar bien invertido en Ecuador) pude encontrar cama, techo y comida.
Recuerdo que me sentía feliz y aunque de pronto la inseguridad se asomaba en forma de miradas desaparecía al instante porque estaba cumpliendo mi sueño.

Tercer y último gran reto: Conocer y conocerme (y sentarme en el sillón presidencial de Rafael Correa). Logré experimentar lo que esperaba (y en un descuido de la seguridad presidencial fui la presidente de Ecuador por unos segundos). Me sentí orgullosa del paso que había dado demostrándome que si había podido llegar a ese lugar sola. Porque si bien sé y estoy segura que la vida es mejor compartida, primero tienes que estar bien y en paz contigo misma para estarlo en todo lo demás.
![]() |
Encantada de conocerte, Ecuador. |
Existen nuevos paisajes,
futuro escondido,
tantas cosas por nombrar,
tantas por hacer…
No hay comentarios:
Publicar un comentario