lunes, 16 de septiembre de 2013

La Felicidad Humana



Texto del discurso pronunciado por José Mujica, Presidente de la República Oriental del Uruguay, en la cumbre Río+20

Conferencia de Naciones Unidas por el desarrollo sustentable 
20 de junio de 2012
Autoridades presentes de todas la latitudes y organismos, muchas gracias. Muchas gracias al pueblo de Brasil y a su Sra. Presidenta, Dilma Rousseff. Muchas gracias a la buena fe que, seguramente, han manifestado todos los oradores que me precedieron. Expresamos la íntima voluntad como gobernantes de acompañar todos los acuerdos que, esta, nuestra pobre humanidad, pueda suscribir.Sin embargo, permítasenos hacer algunas preguntas en voz alta. Toda la tarde se ha hablado del desarrollo sustentable. De sacar las inmensas masas de la pobreza.¿Qué es lo que aletea en nuestras cabezas? ¿El modelo de desarrollo y de consumo, que es el actual de las sociedades ricas? Me hago esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes?¿Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar? Más claro: ¿Tiene el mundo hoy los elementos materiales como para hacer posible que 7 mil u 8 mil millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? ¿Será eso posible? ¿O tendremos que darnos algún día, otro tipo de discusión? Porque hemos creado esta civilización en la que estamos: hija del mercado, hija de la competencia y que ha deparado un progreso material portentoso y explosivo. Pero la economía de mercado ha creado sociedades de mercado. Y nos ha deparado esta globalización, que significa mirar por todo el planeta.¿Estamos gobernando la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? ¿Es posible hablar de solidaridad y de que “estamos todos juntos” en una economía basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad?No digo nada de esto para negar la importancia de este evento. Por el contrario: el desafío que tenemos por delante es de una magnitud de carácter colosal y la gran crisis no es ecológica, es política.El hombre no gobierna hoy a las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre. Y a la vida. Porque no venimos al planeta para desarrollarnos solamente, así, en general.Venimos al planeta para ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida y esto es lo elemental. Pero si la vida se me va a escapar, trabajando y trabajando para consumir un “plus” y la sociedad de consumo es el motor, -porque, en definitiva, si se paraliza el consumo, se detiene la economía, y si se detiene la economía, aparece el fantasma del estancamiento para cada uno de nosotros- pero ese hiper consumo es el que está agrediendo al planeta. Y tienen que generar ese hiper consumo, cosa de que las cosas duren poco, porque hay que vender mucho. Y una lamparita eléctrica, entonces, no puede durar más de 1000 horas encendida. ¡Pero hay lamparitas que pueden durar 100 mil horas encendidas! Pero esas no se pueden hacer porque el problema es el mercado, porque tenemos que trabajar y tenemos que sostener una civilización del “úselo y tírelo”, y así estamos en un círculo vicioso.Estos son problemas de carácter político que nos están indicando que es hora de empezar a luchar por otra cultura.No se trata de plantearnos el volver a la época del hombre de las cavernas, ni de tener un “monumento al atraso”. Pero no podemos seguir, indefinidamente, gobernados por el mercado, sino que tenemos que gobernar al mercado.Por ello digo, en mi humilde manera de pensar, que el problema que tenemos es de carácter político. Los viejos pensadores –Epicúreo, Séneca o incluso los Aymaras- definían: “pobre no es el que tiene poco sino el que necesita infinitamente mucho, y desea más y más”. Esta es una clave de carácter cultural.Entonces, voy a saludar el esfuerzo y los acuerdos que se hacen. Y los voy acompañar, como gobernante. Sé que algunas cosas de las que estoy diciendo, “rechinan”. Pero tenemos que darnos cuenta que la crisis del agua y de la agresión al medio ambiente no es la causa.La causa es el modelo de civilización que hemos montado. Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir.Pertenezco a un pequeño país muy bien dotado de recursos naturales para vivir. En mi país hay poco más de 3 millones de habitantes. Pero hay unos 13 millones de vacas, de las mejores del mundo. Y unos 8 o 10 millones de estupendas ovejas. Mi país es exportador de comida, de lácteos, de carne. Es una penillanura y casi el 90% de su territorio es aprovechable.Mis compañeros trabajadores, lucharon mucho por las 8 horas de trabajo. Y ahora están consiguiendo las 6 horas. Pero el que tiene 6 horas, se consigue dos trabajos; por lo tanto, trabaja más que antes. ¿Por qué? Porque tiene que pagar una cantidad de cuotas: la moto, el auto, y pague cuotas y cuotas y cuando se quiere acordar, es un viejo reumático –como yo- al que se le fue la vida.Y uno se hace esta pregunta: ¿ese es el destino de la vida humana? Estas cosas que digo son muy elementales: el desarrollo no puede ser en contra de la felicidad. Tiene que ser a favor de la felicidad humana; del amor arriba de la Tierra, de las relaciones humanas, del cuidado a los hijos, de tener amigos, de tener lo elemental.Precisamente, porque ese es el tesoro más importante que tenemos, la felicidad. Cuando luchamos por el medio ambiente, tenemos que recordar que el primer elemento del medio ambiente se llama felicidad humana.Gracias.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Teresa Wilms Montt

Solo algunos saben de su existencia. Poco o nada se ha hablado de esta rupturista e intensa poeta chilena. Teresa Wilms Montt, una mujer que supo conjugar la palabra autenticidad, gritar y recitar toda su pasión e intensidad. La perra, la puta, la santa, heroína por estos días... pero jamás apta para señoritas.


Aquí les comparto algunas frases de Teresa que reflejan su intensa y corta vida:

“Las mujeres somos vehementes, y por eso inconstantes. El hombre es mil veces mejor organizado; ellos esperan. Cuando un ser femenino desea una cosa vive, agoniza, muere por conseguirla. Y en su cabeza no hay otro pensamiento. Cuando lo consiguen vienen casi inmediatamente el hastío y el desencanto. Nosotras somos locas insaciables de ideales, y uno tras otro, sin descanso ni tregua hasta que la vejez pone término al fuego de la imaginación y de la fantasía.”
"Soy el erotismo, ¡ven!"
“Me voy para no volver jamás. Iré donde no pueda perseguirme el dolor y desengaño. Jamás pensé, ni en el delirio inmenso de mi dolor, que nuestro amor tendría un fin así. Mi pluma tiembla en la mano de rubor, mi corazón llora con el llanto de un criminal cobarde ante el patíbulo. No sé de mi existencia más que por un profundo sentimiento de hastío. ¡Sí, me voy. Ya no espero nada! Seré un autómata, seré una miserable ruina ambulante, seré una maldición viva.”
"Sólo existe una verdad tan grande como el sol: la muerte."
 "Tengo más cerebro que corazón, escribo para desprenderme de todo sentimiento"
“Sufro un extraño mal que hiere narcotizando; mal de amores, de incomprendidas grandezas, de infinitos ideales. Mal que me incita a vivir en otro corazón, para descansar de la ruda tarea de sentirme viva dentro de mí misma.”
“Nada tengo, nada dejo, nada pido. Desnuda como nací me voy, tan ignorante de lo que en el mundo había” 
"Soy Teresa Wilms Montt… y aunque nací cien años antes que tú, mi vida no fue tan distinta a la tuya. Yo también tuve el privilegio de ser mujer. Es difícil ser mujer en este mundo. Tú lo sabes mejor que nadie. Viví intensamente cada respiro y cada instante de mi vida. Destilé mujer. Trataron de reprimirme, pero no pudieron conmigo. 
Cuando me dieron la espalda, yo di la cara. 
Cuando me dejaron sola, di compañía. 
Cuando quisieron matarme, di vida. 
Cuando quisieron encerrarme, busqué libertad. 
Cuando me amaban sin amor, yo di más amor. 
Cuando trataron de callarme, grité. 
Cuando me golpearon, contesté. 
Fui crucificada, muerta y sepultada por mi familia y la sociedad. Nací cien años antes que tú y sin embargo te veo igual a mí. Soy Teresa Wilms Montt, y no soy apta para señoritas". 


martes, 10 de septiembre de 2013

Tantas y tantas cosas

...al final uno decide olvidar y tirar para adelante. Seguir en el camino y en la búsqueda. Hacer repaso de lo que hemos andado y quedarnos con lo bueno. Y tirar lo malo...  
Yo que sé que será de nosotros. Pasarán tantas y tantas cosas... Que quizás las cosas no cambien tanto.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Evocación

A mis hijos
Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:
Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre Uds.Casi no se acordarán de mi y los más chiquitos no recordarán nada.Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.
Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de

Papá.


CUANDO UNO TIENE UN PADRE ASÍ ESTÁ OBLIGADO A SER MEJOR SER HUMANO CADA DÍA, O POR LO MENOS INTENTARLO. ES UN RETO TREMENDO PARA CUALQUIERA, PORQUE ESO NUNCA ES FÁCIL. 


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jueves, 5 de septiembre de 2013

VIAJAR SOLA: LA AVENTURA

Siempre había sido uno de mis sueños. Pararme frente a una cartelera anunciando las próximas salidas en cualquier estación y elegir un destino al azar, era algo que me emocionaba y retaba tanto al mismo tiempo. Necesitaba vivir la experiencia de reencontrarme; vencer el miedo de viajar sola demostrando que como mujer puedes hacerlo (obviamente con cuidado, precaución e intuición) terminando por divertirte tanto como si lo hicieras acompañada

Y así lo hice. Elegí  mi nuevo destino y a pesar de que posiblemente no encontraría fácilmente un lugar para dormir a donde fuera, eso me hacía continuar con los planes aún con más emoción. Así, todo se fue dando
Llegué a al aeropuerto de Perú desde Ezeiza (Buenos Aires) e inmediatamente supe dónde arrancaría al día siguiente: QUITO. La idea de conocer Ecuador quedaba perfecto para ese momento, así que después de 8 horas de viaje (10 horas  exactamente) llegué a uno de los destinos más hermosos que he conocido.



Primer gran reto: Llegar a algún lugar para establecerme. Gracias a un taxista que me alquilo su celular (Mi primer dolar bien invertido en Ecuador) pude encontrar cama, techo y comida.
Recuerdo que me sentía feliz y aunque de pronto la inseguridad se asomaba en forma de miradas desaparecía al instante porque estaba cumpliendo mi sueño.

Segundo gran reto: Buscar un trabajo. No llevaba suficiente dinero; sin embargo no tuve problemas en pasar un mes sabático, dónde pude conocer personas y lugares muy interesantes. Así, encontré mi lugar en el mundo: Baños, un pedazo de cielo. Luego arranqué a laburar y ya nada fue lo mismo, todo fue mejor. Arranqué en una imprenta dónde mi gran jefe colombiano me mandaba a su chofer para que no llegara tarde. Sin dejar la imprenta me metí en una chocolatería, dónde por motivos descarados terminé dando clases de cocina en un centro comercial, y así experta en cacao fui a caer en una exposición nacional de chocolates dónde fui parte de la prensa ecuatoriana. La historia de mi vida:  I HAVE NO IDEA WHAT I AM DOING.


Tercer y último gran reto: Conocer y  conocerme (y sentarme en el sillón presidencial de Rafael Correa). Logré experimentar lo que esperaba (y en un descuido de la seguridad presidencial fui la presidente de Ecuador por unos segundos). Me sentí orgullosa del paso que había dado demostrándome que si había podido llegar a ese lugar sola. Porque si bien sé y estoy segura que la vida es mejor compartida, primero tienes que estar bien y en paz contigo misma para estarlo en todo lo demás. 
Encantada de conocerte, Ecuador.

Existen nuevos paisajes,  
futuro escondido,  
tantas cosas por nombrar, 
tantas por hacer…


miércoles, 4 de septiembre de 2013

Dime que Sí



A LAS COSAS HAY QUE ENTRARLE SIN MIEDO. SÍ, SÍ. YA SÉ QUE ES BIEN FÁCIL DECIRLO Y HACERLO YA ES OTRA COSA, PERO ENTENDER QUE REALMENTE NUNCA VAMOS A AVANZAR HASTA QUE DECIDAMOS DEJAR EL MIEDO DE LADO, NOS AYUDA MUCHO A EMPEZAR A CONTEMPLAR HACERLO.


Definamos primero que es el miedo , sin ahondar en conceptos freudianos. Según el diccionario de la Real Academia Española (DRAE) el miedo es la “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”.  Un sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea.  

Creo que el miedo es bueno. No hablo del miedo que te paraliza y no te deja hacer nada, sino del miedo que te hace reconocer en dónde estás parada. Esa cosquillita que te da los nervios y te hace consciente de las cosas. Ése es el miedo que me gusta, el que me sitúa en el presente.  Justo ese miedo es el que hace que intentes echarle ganas a las cosas, el que busques alternativas para que el resultado no sea el que temes sino el que quieres, ese nivel de miedo es el bueno.

Sin embargo, el miedo del que te quiero hablar hoy no es el miedo que yo considero bonito, sino el que te impide hacer las cosas. Como cuando quieres algo pero el fracaso de experiencias anteriores no te “deja” querer vivir este. Y entonces te paralizas. O cuando quieres decir ‘Te amo’ a alguien y el miedo al rechazo hace que te lo guardes y dejes pasar la oportunidad. 

¿Por qué? ¿Por qué dejamos que un sentimiento nos paralice? ¿Por qué dejamos que algo que ni siquiera ha ocurrido defina lo que puede o no pasar?

El miedo a la oscuridad sólo lo sientes cuando estás en ella


Me he equivocado mil veces, y he azotado contra el suelo otras tantas, que aunque todavía me da miedo equivocarme, ya no me importa. Todas las veces que fracasé son lecciones que aprendí. Todas las veces que me caí, son veces que me levanté, y todas las veces que juré que no iba a poder, me demostré que sí. Poquito a poco fui definiendo quién soy.

Somos nuestras propias decisiones, lo que hacemos y dejamos de hacer, de las veces que dejas que el miedo te domine y de las veces que dices: “esto sí lo quiero hacer, no importa si me caigo, no importa si fallo, esto vale la pena”. Y te puedo asegurar que, mientras no sea algo que atente contra ti o de alguien más, vale la pena.

El fracaso no es malo. Nunca lo ha sido y nunca lo va a hacer. Sí, duele mucho. Sí, es muy humillante que alguien te vea caer o que las cosas no funcionen cuando le metiste todo tu empeño, ¡pero qué importa! deshacerte de ese miedo y prepararte para que el posible éxito/fracaso suceda, te da armas para transformar ese miedo en acciones. Si el miedo no te deja hacer nada, entonces en tu vida no estará pasando nada y ¿para qué quieres que nunca nada te suceda?

Sí es algo que de verdad quieres (y repito, que no atente contra nadie) di que sí siempre, transforma ese miedo en fuerza para hacer cosas, es más, haz que el miedo te empuje a hacerlas. Logra que el miedo y los nervios te hagan ser mejor que el día anterior y nunca permitas que no te deje vivir lo que quieres. Siempre será mejor arrepentirte por las cosas que viviste que por las cosas que negaste.


 “Dí que sí, aunque te estés muriendo de miedo, 
aunque después te arrepientas, 
porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida 
si le contestas que no.”
(Gabo Márquez)